viernes, 11 de julio de 2008

PERIODOS DEL PROTESTANTISMO DOMINICANO




Por Robert A. Bueno
Decano del Seminario Bautista de República Dominicana(SEBAREDO)


Introducción
El estudio del protestantismo en República Dominicana es una tarea pionera aunque cuenta con trabajos de muy buena calidad como son las investigaciones de George Lockward quien recupera documentos originales del pasado siglo y ha hecho una recopilación valiosísima de los mismos.
Un problema no resuelto aún es la periodización de la presencia protestante en Santo Domingo como bien señala Bastian(1986,23) en toda América Latina el trabajo ha sido superficial. En el caso dominicano solo Darío Platt en su estudio preliminar acerca del crecimiento de las iglesias pentecostales y evangélicas en la República Dominicana(1975) publicado en 1981 bajo el titulo “Nueva Esperanza para Santo Domingo”, y el libro pionero del Dr. George Lockward "El Protestantismo en Dominicana" han elaborado periodizaciones, las cuales a mi juicio tienen limitaciones ya que no pueden integrar la presencia protestante con los procesos sociales que se han desencadenado a través de la historia dominicana.
George Lockward está preocupado mayormente por inventariar la presencia evangélica en suelo dominicano, sin delimitar su material en función del conjunto de evento de las épocas que trabaja, de ahí que va organizando su material en función de las historias denominacionales perdiendo el material un desarrollo cronológico indispensable para el análisis del protestantismo en la sociedad dominicana. La investigación deja fuera todo el período colonial y ve como el inicio del protestantismo en las migraciones de negros libertos de los Estados Unidos que se iniciaron a partir de 1824.
Por su lado, Darío Platt hace un intento de periodización de amplios períodos en función de las misiones intensionales hacia territorio dominicano dividiendo la historia en tres período: 1) Anterior a la independencia (1550-1844), 2) Esfuerzos misioneros precursores1844-1916), y 3) Desde la ocupación norteamericana hasta nuestros días (1916-1975). El mismo Platt(1981,26) nos comenta que su periodización tienes limitaciones por que habrá diferencias en cuanto a las regiones y los eventos históricos, éste autor cita a Robert Wood quien hace una división de períodos con criterios similares para América Latina; a mi juicio ambos se plantean las misiones como algo espontáneo y ajeno a otros factores de la sociedad donde solo se toma en cuenta las estrategias y los personajes que hacen la misión.
En nuestra opinión, cualquier intento de periodización tendrá que tomar en serio las aportaciones de la historiografía dominicana donde hay un consenso casi general de las distintas etapas en que se puede dividir la evolución de la sociedad dominicana.
La propuesta hecha por Bastian (1986, 24-25) se aproxima más a la realidad del proceso dominicano, aunque hablemos del movimiento liberal (eje fundamental en el estudio) como fenómeno continental este no se presenta de la misma manera en todas las colonias y tampoco se hace presente al mismo tiempo.
Historiadores como Frank Moya Pons, Roberto Cassá y Juan Bosch coinciden, por ejemplo, en no tratar en forma conjunta períodos como la intervención norteamericana de 1916 con la época de Trujillo y, mucho menos, con el período post Trujillo que entre si tienen enormes diferencias que como tal influyeron en la evolución del protestantismo dominicano.
En ese sentido nuestra propuesta preliminar es la siguiente: 1) Protestantismo Colonial (1494-1822) En éste período existe poca documentación, pero muy reveladora. Por los datos existentes podemos decir que llegaron a celebrarse cultos protestantes, prueba de esto es la denuncia que se hace de matrimonios mixtos, bautizos y biblias protestantes en la banda del norte de la isla; el desconocimiento de esto lleva a Lockward a decir que esto ocurrió alrededor de 1824 a la llegada de los negros migrantes de Estados Unidos.
2) Protestantismo de Migraciones(1822-1865). Este período esta matizado por el ingreso de más de 6,000 migrantes en su mayoría de confesiones protestantes y, en especial, de tradición metodista wesleyana. Justo es decir que las ideas y el aporte de éstos extranjeros fue importante para el desarrollo del pensamiento liberal en suelo dominicano que sería determinante para la separación de Haití, nación que por un período de 22 años tuvo el control de la parte oriental de la isla.
Un segundo momento de este período es la Anexión a España (1861-1865) el cual implicó un retroceso legislativo, ya que se eliminaron las leyes liberales que declaraban la libertad de culto e incluso se inició una persecusión a los protestantes.
3) Las primeras misiones evangelizadoras (1865-1930). Llegan los primeros misioneros, no solo con la intención de atender los migrantes de su confesión sino con la tarea de predicar a los nacionales dominicanos. Estas primeras misiones no fueron tan exitosas ya que todo este período fue sumamente convulso en terminos políticos y económicos.
Las Misiones en la intervención norteamericana (1916-1924) es donde llegan las grandes juntas de misiones a la República Dominicana. Hay un sentir ambivalente de la población ya que asociaban a los misioneros con los militares interventores. Estas misiones se caracterizaron por una fuerte inversión de recursos para hacer avanzar servicios tan importantes como la educación y la salud.
4)Era de Trujillo(1930-1961).Es un espacio donde se facilitó el ingreso de muchas denominaciones ya que Trujillo tenía total control y no permitía injerencia de la Iglesia Católica. No obstante, la labor evangelística fue pobre y las denominaciones estuvieron enclaustradas como todos los grupos sociales de la época.
5) Nacionalización de las Iglesias y Extensión de La Evangelización(1961-1994). En varias denominaciones surgen tensiones tratando el liderazgo nacional de asumir control del trabajo, junto a esto se realizan muchas actividades proselitistas y surge una tendencia minoritaria que está preocupada por la realidad política del momento.
La Explosión del Movimiento Evangélico se puede encuadrar en un período de crecimiento de las agrupaciones civiles, un sin número de agrupaciones surgen gracias a la apertura de democracia política que facilitan los gobiernos del PRD que derrotaron en las urnas el régimen balaguerista en 1978.
II.-SINTESIS DE LOS DIFERENTES PERIODOS
A. Protestantismo Colonial
La isla de La Hispaniola fue la primera en recibir piratas y corsarios protestantes en el "nuevo mundo". Al finalizar el S. XVI comenzaron a llegar extranjeros interesados en compartir la s riquezas que disfrutaban solo los españoles, paulatinamente la zona norte se convirtió en una zona donde el gobierno español no podía tener control, ya en 1602 fueron confiscada 300 biblias protestantes las cuales fueron incendiadas en plaza mayor de la ciudad de Santo Domingo. Este evento llevo al Gobernador Antonio Osorio a la drástica decisión de devastar toda la porción noroeste de La Hispaniola.
Ese evento, sin dudas, tendría un efecto desastroso para el control español de la isla ya que a partir de ahí la zona se fue convirtiendo en un espacio libre donde nacionales de pueblos enemigos de España se fueron asentando dando lugar a la creación de las agrupaciones comunales de Filibusteros y Bucaneros que se adueñaron de amplios terrenos, en especial, de la Isla de la Tortuga de donde salía a cazar y buscar alimentos a La Hispaniola. Estos dos grupos eran conformado, mayoritariamente por hombres y no le debían obediencia a ninguna nación europea, aunque predominantemente eran nacionales franceses que habían sido expulsado de la Isla de San Cristóbal.
Frank Peña(1985,34) plantea que estas agrupaciones permanecieron por largos años en la zona, aunque la población de origen Inglés fue disminuyendo permaneciendo el predominio del catolicismo en la zona y facilitando que el gobierno francés tomara cierto interés por la parte occidental de La Hispaniola.
De seguro entre los aventureros había presencia protestante de quienes se tiene noticia en toda la época colonial, pero nunca estableciéndose de manera permanente en la parte oriental ningún culto. Aunque en el 1594 se informaba que la población de la banda del norte estaba tan relacionada con los extranjeros que bautizabas sus niños con ritos y padrinos protestantes; esta denuncia la hacía el Arzobispo Ramos con gran preocupación porque ya no se respetaba la doctrina católica y la zona estaba llenas de herejes(Moya 1977,119;Bosch 1970,53).
Estas noticias provocaron las devastaciones del norte de 1606 y 1606 movilizándose toda la población hacia Santo Domingo porque así se evitaba a las almas la penetración de herejías según el Arzobispo Ramos (Moya 1977, 118). Las devastaciones preocuparon a los dirigentes eclesiásticos porque estas podrían facilitar que los herejes entraran sin ningún problema a la zona y propagaran doctrinas "conforme a la secta de Lutero" (Moya 1977,122). De hecho, poco meses después de iniciadas las devastaciones unas 16 naves holandesas aprovechando la confusión y la rebeldía de algunos pobladores le brindaron apoyo a éstos para sublevarse siempre que "abandonaran su fidelidad al Rey de España y renunciaran a la fe católica"(Moya 1977,126).
En sentido general este período está caracterizado por las luchas de las potencias europeas que se refleja en las islas caribeñas. Un evento de gran significado será la revolución haitiana que facilitaría la llegada del protestantismo a la parte occidental de la isla.
B. Protestantismo de Migraciones.
La ocupación haitiana trajo consigo una presencia de negros libertos de los Estados Unidos que se asentaron en Puerto Plata y Samaná en la costa norte y unos 1200 para Santo Domingo y la costa este. Algunos historiadores piensan que el móvil principal del gobierno de Boyer era provocar recelo a las autoridades católicas de la parte oriental quienes se negaban a trasladar la sede del arzobispado a la ciudad de Puerto Príncipe (Lockward 1982,13). Otros plantean que la presencia negra era con la intención de influir en la parte oriental de la isla con comunidades negras laboriosas y ejemplares y así "promover una nueva fisonomía social del país y despertar preocupaciones de raza que identificaran sus intereses con los habitantes de la parte francesa"(García,120). García era historiador de la época con gran adhesión a España.
Entre los migrantes de 1824 había dos ministros ordenados de la Iglesia Africana Metodista Episcopal. Uno se instaló con un grupo de migrantes en Puerto Príncipe y el otro en Samaná con 200 personas. Entre el grupo de migrantes habían metodistas, bautistas, cuáqueros, congregacionales y Wesleyanos. En Santo Domingo el gobierno haitiano cedió a los migrantes dos edificios incluyendo la iglesia de San Francisco que había sido el primer monasterio católico del "nuevo mundo".
Lockward(1982,30-32) recoge documentos de la época donde se pone en evidencia el revuelo que estas migraciones estan teniendo en los Estados Unidos donde sociedades de hombres blancos estan apoyando el éxodo para facilitar la libertad de los esclavos negros. Un documento de la época señala que aunque la Sociedad pro Emigración a La Hispaniola "no sustenta ningún punto de vista misionero en particular, sin embargo no dejarán de ver con interés los cristianos el hecho de que ciertos emigrantes puedan servir de instrumento para introducir en algunas partes de la isla su fe, allí donde la verdadera religión no se conoce."(Lockward 1982,24). De ahí, que muchas sociedades de este tipo surgieron alentando la salida de negros para que buscaran su libertad en una tierra más parecida al Africa.
La característica básica de la misión que se genero por los nuevos habitantes fue la práctica de capellanía, puesto que a pesar de su presencia indefinida la fe protestante no se extendió fuera de los extranjeros y el protestantismo se miraba como fe de extranjeros. Un elemento que hay que recordar era que Boyer era un fiel católico pese a que las autoridades eclesiásticas no le asimilaban y, pese a su legislación de tolerancia religiosa en la práctica llego a impedir la celebración de culto en Santo Domingo argumentando que a los ministros wesleyanos solo se le había autorizado predicar en Puerto Plata y Samaná. Algo curioso es que el Rev. Tindall al verse impedido de predicar un domingo en la mañana fue a la misa católica, culto que crítica reciamente por inmoral e idolátrico (Lockward 1981,58).
Los dos primeros misioneros Tindall y Cardy estaban perplejos ante la inmoralidad y religiosidad de los nacionales; Tindall narra en uno sus viajes como la gente se sorprendía de que Inglaterra enviara un "padre" que no cobraba dinero por realizar actos religiosos, práctica que condenaba como "comercio sacerdotal" (Lockward 1981,123).
El esfuerzo de éstos misioneros facilitó la construcción de dos capillas, la primera en Puerto Plata(1835) teniendo una capacidad para 200 personas, aunque solo tenía 30 miembros y 2 a prueba. Factores como el idioma, la distancia cultural de los misioneros y las pesimas condiciones de la población fueron elementos que impidieron el desarrollo de los grupos protestantes.
Aunque cabe señalar que sus ideas y principios de libertad influyeron en la sociedad dominicana tanto que los grupos liberales patrocinaron un documento donde se le pedía al gobierno haitiano que permitiera la predicación de los protestantes (Lockward 1981,59).
Otro dato valioso es la tarea de alfabetizadores de los extranjeros, llegando uno de ellos a ser el maestro de Gregorio Luperón, líder de las luchas contra España y de ideas liberales.
En el corto período conocido con el titulo de ****La Anexión a España*** en la historiografía dominicana hubo un retroceso de todos los avances que los sectores liberales habían alcanzado cediéndole a España el dominio de la parte oriental donde las autoridades de la metrópolis suplantaron todos los criollos de los puestos de administración pública y eclesiástica provocando la protesta de la población.
Esta anexión a España pone en evidencia la poca convicción nacionalista de la clase dominante, aunque la corona española rápidamente defraudo las expectativas de despegue económico que bajo el protectorado se creía segura.
En el ámbito religioso, no solo los protestantes sufrieron sino que el liderazgo nacional católico fue echado de lado por su vinculación con sectores liberales. En el caso de los protestantes fueron quemados templos en Puerto Plata, Sánchez y Samaná esto por orden del Arzobispo Bienvenido Monzón (Lockward 1981,145).
Hay que tener presente que para está época si bien no encontramos evidencia para hablar de un crecimiento numérico, pero si podemos afirmar que su presencia social había crecido, aunque la discriminación era fuerte obligándolos a enterrar sus familiares en un cementerio separado junto con los que se suicidaban y algunos que rechazaban los sacramentos católicos(Wipler 1980,56).

D) Primeras Misiones Evangelizadoras
Un gran afluente migratorio y un caos en cuanto a la permanencia de las autoridades las cuales se sucedían por hechos violentos caracterizó esta época; un dato importante es que por primera vez llegan denominaciones interesadas en hacer misión entre los nacionales dominicanos, en primer orden la Iglesia Metodista Libre; además, siguieron llegando misiones de capellanía como los episcopales, Metodista Africanos y Moravos que enviaban ministros ordenados junto con los migrantes que ingresaban a la nación.
Los Metodistas Libres que a través de su ministro Samuel Mills llegaron en 1889 vía Cabo Haitiano de donde paso a Monte Cristi fundaron allí la primera capilla de su denominación, la cual se puede considerar la primera congregación de criollos; luego pasaron a Santiago junto con obreros dominicanos teniendo su primer bautizo en 1894 en el Río Yaque del Norte (Brito,32). La incursión en esta zona fue bien difícil puesto que era centro de una oligarquía emparentada con la idea de la hispanidad.
La población vio con mucho recelo el trabajo de éstos protestantes entre nacionales, al extremo que sacerdotes católicos se unían en la tarea de apedrear las frágiles capillas que se levantaban y como resultado de esa práctica resultó muerta la hermana Luisa Paulino en el 1900(Brito, 33).
Para este tiempo ya se van incubando lo que serían las grandes misiones auspiciadas por juntas misioneras poderosas en los Estados Unidos y guardando estrecha relación con el caso puertorriqueño, tanto así que se hacen varias evaluaciones por medio de visitas desde Puerto Rico. En 1911 un grupo de pastores de Puerto Rico que informan de la necesidad de servicios de salud y luego Horace Taylor del Hospital Prebisteriano iría para comprobar el asunto decidiéndose instalar un hospital en Santo Domingo que sería dirigido por el Dr. Barney Morgan antiguo decano del Instituto Politécnico de San Germán.
Este período fue crítico ya que la población dominicana asociaba las misiones con los militares y las sospechas tenían buen fundamento porque funcionarios como Samuel Guy Inman visitaron la isla y auspiciaban el trabajo de las denominaciones(Wipfler,74); por demás, Wipfler señala que un sacerdote Episcopal de la época daba informe a los Estados Unidos de la obra de Dios a través de la presencia militar.
La persecución en contra de los protestantes dominicanos tomo un nuevo giro ya que se le asociaba con el enemigo interventor, en especial, con la población del noroeste donde los Metodistas Libres estaban presentes(Brito, 52), aunque estás persecuciones no alcanzaron a iglesias como las Episcopales que la población consideraba de extranjeras(Wipfler,79). La efervescencia nacionalista alcanzó al liderazgo nativo que como en el caso de Julian Kingly de Puerto Plata se movió entre todos los pastores Metodistas para convercerlos que su agrupación debía prescindir de los misioneros de Estados Unidos y comenzar a llamarse "Asociación Misionera Dominicana"(Brito,111).
C) Segunda etapa misionera (Era de Trujillo).
Este tiempo más que nada fue de silencio pero por el clima de continuidad que facilitaba la dictadura trujillista facilitó que 15 denominaciones protestantes se establecieran en la República Dominicana; no es extraño que las misiones que se establecieran fueran de corte pentecostal y fundamentalista ya que para sobrevivir a Trujillo había que vivir divorciado de la realidad circundante.
En sentido general no encontramos ninguna palabra profética en los años del régimen y el trabajo de las iglesias era bastante discreto ya que las condiciones eran difíciles Don Israel Brito(142) nos narra que un misionero Metodista Libre tuvo que abandonar el país porque se acercó a pastorear una familia en desgracia con "El Jefe".Þ** *****
Trujillo era un personaje difícil ya que se hacía rodear de gente que le adulaban al extremo de compararlo con Cristo como vemos en una nota de la redacción del Listín Diario del 24 de Octubre de 1938:
... y estábamos acostumbrados a que fueran las fiestas de la Navidad las más grandes, las de más regocijo. Sin embargo, anoche el pueblo dominicano celebró el día del advenimiento del Benefactor, el día de su natalicio y onomástico, con fiestas cuyo esplendor sólo puede ser comparado con el de aquellas que en el mundo cristiano se celebran recordando el nacimiento del maestro de las almas, el hombre que nació en Belén. Y es que para los dominicanos el Benefactor es otro Mesías, que llegó en época en que flaqueaba la fe y salvó al pueblo...”
Incluso, obligó a algunos protestantes que escribieran en diarios del país apoyándole cuando en 1960 la Iglesia Católica comenzó a separarse de la dictadura. En sentido general, los protestantes le felicitaban por dar paso a la libertad de cultos, pero Trujillo tenía su agenda para motivar a la jerarquía Católica a devolverle su apoyo (Wipfler,115).
D) Extensión de los protestantismos.
Desde la caída de Trujillo, la fe evangélica se ha expandido por todo el territorio dominicano, se puede concluir que esto se debió a la nacionalización del liderazgo y al empuje de la presencia pentecostal.
En 1965 poco meses después de la revolución se celebró la campaña "Evangelismo a Fondo" donde el liderato nacional se creció y comenzó una época de colaboración misionera producto de cuyo trabajo se censo un total de 16,500 evangélicos(Rosales,13).
Las mayorías de las denominaciones entraron en crecimiento y crisis con el liderazgo extranjero al punto que una de las denominaciones(La Iglesias de los Templos Evangélicos) desapareció como consecuencia de las fuertes tensiones(Platt, 73).
En los últimos años los evangélicos han tomado consciencia de su peso numérico en la sociedad lo que ha hecho posible levantar un sin número de ministerios de carácter social que han fortalecido su imagen, Adalberto Martínez ha contabilizado más de 50 programas denominacionales como interdenominacionales(Hegeman 1988).
De hecho se han contabilizado más de 300 concilios o iglesias que representan una diversidad de tradiciones protestantes. En los últimos años hay preocupación por organizar una confederación lo que ha sido tarea difícil por el crecimiento de iglesias independientes de las cuales surgen liderazgo carismático con un amplio poder en la comunidad evangélica trayendo recelo en los círculos denominacionales. Esto ha facilitado el surgimiento de dos entidades que pretenden agrupar a los evangélicos: La Confederación Dominicana de Unidad Evangélica y el Concilio Nacional de Iglesias.
El Protestantismo dominicano, lamentablemente, no ha crecido en término de su teología lo que resulta evidente en la pobre preparación de la mayoría de ministros lo que ha facilitado que un liderazgo laico sea el que se reconozca en la sociedad, a veces convirtiéndose en vocero de los evangélicos.
BIBLIOGRAFIA DEL PROTESTANTISMO DOMINICANO
El presente esfuerzo procura recopilar todo los trabajos publicados que ayuden a las investigaciones múltiples que se pueden emprender para una historiografía protestante dominicana. En tal sentido, he pretendido clasificar toda la información en función de ejes temáticos que puedan ayudar en la ubicación de los materiales
Historia General
Bastian, Jean Pierre. 1986. Historia del Protestantismo en América Latina. México: Edicciones CUPSA.
Bosch, Juan. Composición Social Dominicana. Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 1978.
Cassá, Roberto. 1986. Historia Social y Económica de

4 comentarios:

  1. Excelente, pero parece que se cortó el resto de la bibliografía

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  2. Anónimo5:46 p. m.

    Buen estudio. Gracias, Robert, por compartir este trabajo.
    Me ha ayudado a entender las características del liderazgo protestante en la historia dominicana actual.
    FPT

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  3. exelente menoria, bien recopiladas las fuentes y de mucha seguridad su credibilidad, sin lugar a dudas un trabajo de investigacion tipo doctoral que aporta al conocimiento de la memoria protestante que hoy hemos recivido

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  4. Dios bendiga al maestro Robert Bueno por este aporte tan valioso para la historia del protestantismo en la isla,es un trabajo muy responsable donde se deja ver la seriedad del maestro Robert.Mi petición es que pueda ampliarlo hasta convertirlo en un libro.

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