martes, 21 de agosto de 2007

Liderazgo educativo en RD



Introducción


1. La realidad de la escuela dominicana

La situación de la educación en dominicana es altamente debatida. En todas las investigaciones se revela un déficit preocupante. Estamos frente a un sector que hemos avanzado mucho pero pese a ello se entiende pobre los logros alcanzados frente a los desafíos que hay en el sistema educativo dominicano.

En la actualidad se lleva un proceso de planificación estratégica bajo el lema: “Transformar la gestión para transformar el centro educativo”. Este proceso es producto de una evaluación en la cual se reconoce que existen avances en la tasa de cobertura y la disminución de la repitencia. Otros de los factores que se entienden como logros son la ampliación de la educación inicial, la disponibilidad de los textos, la titulación de los maestros, ampliación del desayuno escolar, entre otros aspectos (Valeiron 2006: 22). Toda esta realidad sumando la creación de un nuevo marco legal para el sistema refleja que aun los logros de los aprendizajes de los estudiantes no han alcanzado los niveles esperados.

En ese sentido la educación dominicana ha tenido serios problemas de gestión desde los niveles mas bajo hasta las altas instancias gubernamentales. Por ejemplo, el porcentaje que se dedica la educación en términos presupuestario es muy bajo en relación a los porcentajes que otros países similares ofrecen a sus ministerios de educación. En el caso dominicano, siguiendo a Ceara Hatton (1995: 4-6) se ha determinando que los fondos de los que dispone el Gobierno Central para la educación como son los recursos por programa, subprograma y actividad vinculados con la educación (inicial, básica, media, normalista, técnico-vocacional y adultos) así como la estructura de costos por programa son muy bajos dejando mal parado el discurso de importancia de la educación para el desarrollo nacional frente a una practica que lo desdice.

Se suma a esta realidad el nivel de empobrecimiento de la situación dominicana, pese a ello, hay estudios que señalan que lo peor es una escuela mal gestionada (Valeiron 2006: 23). Una tarea urgente es buscar que la escuela sea gestionada de manera efectiva, en ese sentido, el director es clave por su rol como líder dentro del centro educativo.

Algunos especialistas como Grinberg (1999) ha señalado que las escuelas no efectivas carecen de seis aspectos claves en su gestión:

1) Los propósitos no son comunicados a los estudiantes ni a sus familias, ni aparecen explícitos en la acción pedagógica.
2) Los contenidos curriculares no son asumidos por los maestros, ni en el discurso ni en la práctica.
3) Las estrategias de enseñanzas son principalmente memorísticas y rutinarias
4) La planificación se realiza de forma asistemática y discontinua.
5) La pizarra continua siendo el principal recurso empleado en el aula
6) En la evaluación prima la medición de los conocimientos.

Este es el panorama que tiene el director en su escuela. Con mucha frecuencia agravado por direcciones impuestas por criterios políticos partidista mas que por razones de competencia.

2. La necesidad de un liderazgo pertinente

En la tradición sociocultural nacional se ha manifestado un liderazgo tradicionalmente autoritario. Esta realidad ha perneado el mundo de la escuela donde también el modelo dominante de liderar ha perneado la vida de los directores. En este modelo el director lo hace todo, y como bien señala Senge (2002: 459) impidiendo indagar, reflexionar y unir a las personas en torno a un proceso común.

Esta realidad de liderazgo educativo tradicional es que hace importante abordar esta temática en medio de los procesos de cambios que se vienen experimentando en el mundo. Con la globalización tienen lugar requerimientos emergentes para el quehacer educativo que enfatizan exigencias de rentabilidad, eficacia y eficiencia, productividad y utilidad en una perspectiva empresarial privada. En el discurso educativo de la actualidad globalizada adquieren particular importancia asuntos como la calidad total. Todos estos elementos que anteriormente no se tomaban en consideración en la gestión educativa.
Al instalarse la lógica empresarial en su concepción y formas operativas, calidad y liderazgo en educación pueden quedar en una mera circunscripción de lo educativo a las particulares dinámicas del interés privado.
Todo esto requiere de unos perfiles de liderazgo en la persona del director totalmente diferente al pasado y como indica el profesor José Francisco Disla Sánchez (2005: 57-58) se requiere una dirección con el siguiente perfil:
1) El director debe conocer los principios y la teoría de la administración, tener conocimientos sólidos del campo donde desarrolla su labor, con amplios conocimientos del currículo, de la legislación vigente y las normativas complementarias.
2) Habilidad para tratar con las personas: Capacidad de escuchar, de colocarse en sus respectivas perspectivas, comprender a las personas y armonizar sus variados intereses en beneficio de la institución.
3) Tener sentido de justicia y equidad: Actuar apegado a las normas legales vigentes.
4) Respetar la opinión de los demás: Capacidad de ubicarse en la posición de su interlocutor.
Es obvio, como se puede notar que un aspecto que se entiende clave en el perfil del director es el conocimiento de la teoría y principios de la administración. Este elemento hace que la demanda de formación de los directores este a la orden del día ya que las direcciones escolares tradicionalmente han sido ocupadas por un titulado en el área de la educación donde con frecuencia no se pone mucho énfasis en el aspecto administrativo sino en las cuestiones referentes a las herramientas pedagógicas que debe tener el docente.
2.1. Las diversas teorías de liderazgo
En el esfuerzo de acercarse a los diferentes modelos que se presentan de liderazgo, proveniente del campo de la administración, haremos una breve reseña de los abordajes mas recientes como lo presenta Made Serrano (2005) en su texto sobre liderazgo. Tendremos como marco de referencia la siguiente noción general de lo que es ser líder “toda persona capaz de conducir, guiar o dirigir un proceso provocando que otras personas se sumen a ese esfuerzo”.
a) El liderazgo transformador es aquel capaz de conducir a un desempeño mas allá de las expectativas conduciendo a resultados extraordinarios. Esto provoca que el equipo trascienda a sus propios intereses generando un efecto domino. El liderazgo se entiende como de corte moral y se procura potenciar a las personas.
LLb) El liderazgo transaccional se esfuerza por alcanzar la meta y recompensar o premiar al equipo en función de sus intereses por el trabajo. Este modelo se concentra en corto plazo y cuestiones tácticas teniendo presente el interés del trabajador para cumplir con su rol y así saber premiarlo.
c) El liderazgo centrado en los valores es una tendencia ética del análisis del liderazgo donde se propone no solo hacer el trabajo de manera eficiente sino también cuestionar acerca del sustento moral de la práctica de liderazgo.
d) El liderazgo de la reingieneria esta basado en la revisión fundamental y rediseño radical de procesos para alcanzar mejoras espectaculares en medidas criticas y contemporáneas de rendimiento.
4. El Director como líder

La dirección y los modelos de gestión.

Conclusión

Bibliografía

Senge, Peter
2002 Escuelas que aprenden. Bogota: Grupo Editorial Norma.

Ceara Hatton, Miguel
1995 Gasto Público en Educación 1985-1994 y Proyecciones para 1995-2006.
Santo Domingo: CIECA.

Made Serrano, Nicolas
2005 Liderazgo, Manejo de conflictos y Toma de decisiones.
Santiago: UTESA.

Disla Sánchez, José Francisco
2005 Antología propedéutico del inicio de la maestría de educación superior.
Santo Domingo: UASD.

Valeiron, Julio Leonardo.
2006 Modelo de Gestión de la Calidad para los centros educativos.
Santo Domingo: Secretaria de Estado de Educación.

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