lunes, 18 de septiembre de 2006

El campo religioso dominicano

ESPIRITUALIDAD Y MERCADO RELIGIOSO
Por Robert A. Bueno Ramos*


En la presente exposición quiero abordar el asunto del mercado religioso desde la realidad dominicana y caribeña. Planteando que la espiritualidad cristiana esta seriamente cuestionada por modelos de liderazgo y practicas pastorales que se distancia de la fidelidad a La Palabra y de seguimiento a Jesús como modelo de una nueva humanidad.

En primer lugar trataremos de hacer un esfuerzo pedagógico y taxonómico para conocer el contorno religioso y de ofertas espirituales que hoy nos arropa, luego repasare algunas situaciones del mundo bíblico que puedan iluminar la situación presente para luego pasar a proponerles algunos desafíos que tenemos como iglesias cristianas en el contexto dominicano y caribeño.


1. La fiesta de la religión continua

No hay dudas las religiones en sentido general, y muy especialmente en occidente, vivieron una época de poca algarabía. El movimiento de secularización, los constantes cuestionamientos desde el campo de las ciencias naturales al fenómeno religioso, la sospechas desde las ciencias sociales del rol de la religión en la sociedad y la pobre respuesta al discurso moderno científico de sectores fundamentalistas había tirado un balde de agua fría al caldo de las instituciones religiosas cristianas del mundo occidental, muy en particular, en Europa.

Pero junto con la crisis y cuestionamiento de la modernidad como proyecto y sueno occidental se reanimo el ambiente religioso al punto de recuperar cierto espacio en el mundo actual. Este novel reencantamiento de lo religioso pasa por una particular coyuntura de acelerados procesos de cambios tecnológicos y mutaciones del capitalismo que le han facilitado una hegemonía como modelo económico. En esta sección quiero precisar los rasgos distintivos de esta situación económica y cultural que colinda con el campo de lo religioso



1.1 La religión en la alborada del s. XXI

Estamos inmersos en una situación cambiante del campo religioso, marcados por los siguientes elementos:

a)Un pluralismo de oferta religiosa. En el caso dominicano se registran en los últimos 15 años una diversidad de oferta. Esta pluralidad de oferta conlleva unas series de practicas preocupantes en el contexto de la pastoral.

Por un lado, facilita como señala Héctor Lopez (2006) que los principios éticos religiosos ya no se manifiestan de forma homogénea o unitaria. Antes los cuerpos eclesiásticos parecían tener cierta homogeneidad en cuestiones éticas y teológicas. En la actualidad hay una dispersión de respuesta y una adhesión mucho menor a las normas y disciplinas por parte de la feligresía (Bobsin 2000, 35).

b)El fenómeno de la globalización posibilita una puesta en escenas de las religiones originarias de América así como el cruce de los océanos de religiones ancestrales del mundo africano y del lejano oriente en nuestro occidente cristiano (González 2005). De ahí que con mas frecuencia se asimile cierto legados religiosos vinculados al mundo afro o al lejano oriente. Muchas de las practicas de “evangelismo” y “exorcismo” que hoy tenemos están arraigadas en las creencias y practicas de religiones afro caribeñas.

Es justo reconocer que estos cruces migratorios, tan importantes en el Caribe, han generado una acción misionera de mucho impacto para los países caribeños. En el caso dominicano hemos sido ministrado por misioneros de Haití, Cuba y Puerto Rico; y muchas iglesias dominicanas han cruzado a otros puntos para extender la obra de Dios. Desde esa perspectiva el proceso de modernización de los viajes ha alentado una obra misionera transcultural. En el caso dominicano se podría hablar de los múltiples desafíos que tenemos como iglesia con la presencia haitiana.

c) Una especie de vaciamiento de las cuestiones que nos parecían esenciales, siguiendo a Néstor García Canclini (1995) habría que decir que se esta generando una “hibridez cultural” donde todas las identidades están en proceso de reconfiguracion. Esto genera repensar la identidad. Regularmente hemos pensado en la identidad como algo fijo, pero todo este proceso de hibridez que genera la condición actual hace que nuestra identidad como cristianos sean mas fluidas y no tan sólidas como en el pasado. Esto puede explicar en parte la crisis que experimentamos en nuestros cuerpos eclesiales con el impacto del movimiento carismático y pentecostal, las nuevas tendencias litúrgicas y el influjo de las teologías neoconservadoras.

d)En un escenario tan plural, las religiones se vuelven un campo de competencia. De ahí que en nuestros escenarios religiosos se hagan complejo. En este tiempo “nuestras ovejas” tienen mas de un pastor o pastora a través del consumo de bienes simbólico en las estaciones radiales religiosas, en las cruzadas, los encuentros y los conciertos musicales. Como bien explica el Prof. Julio Paulo Tavares Zabateiro (2006, 157): “Ya paso el tiempo en el que los miembros de la iglesia tenían solamente un pastor y una fidelidad institucional”.

La irrupción de los medios masivos de comunicación como vehículo de promoción del mensaje cristiano ha desencadenado una diversidad de formas, en la mayoría de casos, muy poco ortodoxas de manejar la vocación ministerial de quienes se mueven en estos medios masivos de comunicación. Al punto de pasar de una critica radical y extrema a una adaptación total a la lógica de los medios; este es el caso del evangelista Yiye Ávila que treinta años atrás catalogaba la televisión como “caja del Diablo” pasando a ser propietario de una de la emisora de televisión más rentable (La Cadena del Milagro).

Esta iglesia electrónica, genera un liderazgo centralizador y con un sentido de egolatría que raya en lo ridículo. Títulos como Apóstol, Mesías, Profetas y Doctores al vapor solo sirven para garantizar ciertos niveles de legitimidad y posicionarse con cierta representatividad ante sus fieles. En el recién publicado texto de Yattenciy Bonilla y Freddy Guerrero (2005, 117) sobre estas manifestaciones en sus versiones contemporáneas, los autores, concluyen que el apostolado según Cristo promueve la unidad y el servicio y no el abuso y concentración de poder como los apóstoles de nuestro tiempo promueven, y de mucha importancia reconocer que ese rol apostólico es algo que pertenece a toda la iglesia y no a unos cuantos.

En conclusión, los que nos encontramos es un panorama religioso visiblemente complejo que crece en sus formas más cuestionable, carente de una propuesta ética coherente, atravesado por la lógica del mercado neoliberal, ambientando por una competencia fuerte por llenar templos y un deseo de la dirigencia de manejar y concentrar poder para su propia gloria y honor.


1.2 Rostros de las iglesias en el contexto dominicano
En el contexto dominicano se podría decir que el mapa religioso se ha diversificado y las ofertas religiosas son tan variadas como la oferta de jugos en cualquier góndola de supermercado.

El mundo religioso dominicano esta mayoritariamente representado por la tradición cristiana, en especial, por la Iglesia Católica Romana que desde el proceso de colonización ha tenido un estatus privilegiado. Los protestantes y otros grupos aparecieron mas tarde y focalizaron su trabajo misionero sobre población de migrantes, en un primer momento, Puerto Plata y Samana; y a finales del Siglo XIX en San Pedro de Macorís y La Romana (Lockward 1982).

El catolicismo fue alcanzando una gran influencia a través de los años y marco mucha de las experiencias de institucionalización de la joven República. Esto es visible en la militancia y opciones políticas de mucho de su liderazgo que con frecuencia se identifico con el poder español, en contra de todas las ideas liberales del S. XIX y el caso del silencio favorable al régimen trujillista del S. XX. Es cierto que desde temprano del proceso de colonización existió una iglesia caracterizada por su simpatía con un proyecto de nación mas en consonancia con los sectores mas empobrecidos como el caso del campesinado, pero su radio de acción estuvo muy limitado por la jerarquía de la Iglesia.

El protestantismo no se escapo de jugar un rol de cierta complicidad con el avance de la economía imperial de los Estados Unidos de América a finales del S. XIX, así como en el marco de la larga ocupación de los norteamericanos en el S. XX. El protestantismo misionero estaba muy comprometido con la agenda de una democracia bajo los paradigmas del liberalismo y con una visión ingenua del progreso y de la organización social latinoamericana la cual califica de oscurantista y bárbara. Toda la agenda liberal y de progreso sé vehículo envuelta en un discurso religioso que cautivo a muchas personas de las elites sociales del momento (Wipfler 1980).

En la actualidad la jerarquía del mundo religioso está muy comprometida con el mantenimiento del status quo. En sentido general, la mayoría de adhesión religiosa en el país se encuentra ubicado en movimiento de carácter conservadores, y con una practica discursiva que sirve de sostén a la economía neoliberal. En el catolicismo romano, existen dos movimientos de carácter masivo que dominan con su activismo y propuesta las mayorías de las parroquias, a saber, el movimiento del camino neocatecumenal y el movimiento carismático.

El camino neocatecumenal representa una expresión fundamentalista dentro del catolicismo. Sus elementos centrales son la obediencia al Papa y una rigurosa propuesta de crecimiento que limita la libertad de las personas marcándoles pautas para sostener su adhesión a quienes se consideran únicos y realmente santos dentro de la Iglesia. La apertura del movimiento del camino hacia el mundo ecuménico es casi nula.

Por su parte, el movimiento de la Renovación Carismática se presenta como un típico movimiento de avivamiento espiritual que sobre enfatiza la dimensión de las emociones y construye una perspectiva de la realidad poco histórica. Sus grupos de oraciones marcados por los dones de lengua y de milagros son las expresiones mas fuerte del movimiento carismático. Su preocupación por la realidad circundante es muy pobre y responden mas bien a una visión del escape antes que asumir compromisos fuertes en el contexto comunitario.

Es justo reconocer, que junto a esos dos movimientos mayoritarios de la Iglesia Católica, existe una fuerte corriente de personas nominales y tradicionales de la Iglesia que su adhesión es fuerte pero no cuentan con la vitalidad de los grupos antes descriptos. Así también una minoría se organiza alrededor de las comunidades eclesiales de base, en el marco de estas se retoma una lectura de la Biblia comprometida con la realidad social de las comunidades marginadas y de la colectividad nacional. Estas comunidades son más visibles en las barriadas de Santo Domingo y Santiago; así como en algunas comunidades rurales donde liderazgo sacerdotal orienta y anima esta forma de ser Iglesia. En el marco de la Republica Dominicana podríamos decir que la Conferencia Dominicana de Religiosos/as (CONDOR), la Red de Lectura Popular de la Biblia, Centros de promoción en el marco rural y ONGs orientadas por algunas congregaciones religiosas marcan el sello distintivo de estas Comunidades.

En el mundo protestante evangélico, la mayoría se concentra en el pentecostalismo tradicional y el movimiento neopentecostal. En él ultimo abordaje al dato religioso en Dominicana generado por el Instituto Nacional de Opinión Publica de FUNGLODE habla de una adhesión de cerca del 40 % a las diversas expresiones religiosas, es decir, un poco mas de 3 millones de dominicanos asisten a las iglesias. Se puede inferir(Esto cotejando las ultimas informaciones procedentes de la encuestadora Gallup y el Censo Evangélico de 1992) que un poco mas del 80% va a la Iglesia Católica y cerca de un 14% asiste a las iglesias protestantes evangélicas. De este porcentaje mas del 90% se concentra en el mundo pentecostal tradicional y neopentecostales. Recientemente, Mercedes González (2006) en el semanario CLAVE da cuenta de una reciente encuesta realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Sociales que un 71.5 % dijo pertenecer a la Iglesia Católica, 5.8% pentecostal, 5.3% evangélicos, 1.6 % adventista, 1.6 % Testigo de Jehová y 1.3 % expreso pertenencia a otras religiones. De todo este universo un 12.9% expreso no pertenecer a ninguna religión.

Estas expresiones de fe están marcadas por una visión carismática haciendo énfasis en una santidad individual y en la urgencia de “conversión del alma” ubicando a su militancia en una concepción ultramundana, donde se espera que la solución de los conflictos terrenales esta mas allá de nuestra realidad. Unos elementos que matizan estas comunidades es la fortaleza de su liderazgo pastoral(generalmente masculino), los dones carismáticos, la búsqueda de una santidad que le despegue del mundo, una participación amplia de todos los participantes y una fuerte experiencia religiosa matizado por lo emocional. Hay que reconocer que en los últimos años se ha ido configurando un pentecostalismo de corte popular que tiende a desarrollar los aspectos de solidaridad y lucha común con todas las privaciones que se presentan en las barriadas donde están enclavadas estas comunidades.

El neopentecostalismo esta caracterizado mas bien por la vertiente de la oferta de bienes religiosos que puedan ser consumidos y satisfagan el sentido de crisis con que se vive la vida contemporánea. Sus congregaciones tienden mas bien a estar interesados por los segmentos medio y alto de la población; y sus liturgias están mediadas por toda la fortaleza de los recursos de la tecnología de comunicación y la música pop lite. En este escenario la cuestión de la autorrealización individual esta por encima de la colectividad. Hay un afán desmedido de ser iglesias grandes y poderosas. No existen conexiones con las demás iglesias y su valoración del ecumenismo es pobre, de hecho, son expresiones grandilocuentes de la crisis de las denominaciones tradicionales protestantes.

Es de rigor reconocer que existe un mundo pequeño del protestantismo mas vinculado a una visión critica de la realidad. Esta expresión protestante ha desarrollado líneas pastorales en consonancia con las necesidades que plantea el contexto comunitario y nacional. Esta posición es sostenida por un grupo de denominaciones de poco crecimiento numérico pero de una alta incidencia en su peso moral en la sociedad, quizás amparados en la fortaleza de algunas de sus instituciones, especialmente colegios.

En la actualidad la mayoría de estos cuerpos denominacionales tienen congregaciones con acciones pastorales que afrontan de manera critica y creativa la realidad nacional.

2. Sopesando la fiesta.

Es probable que mucho del liderazgo religioso no le interese pensar donde andamos como iglesia en estos momentos, y que se entienda cualquier intento de evaluación como un atentado a la tranquilidad y la oportunidad que nos abre este tiempo de apertura de las personas a las cuestiones religiosas.

Como hemos descrito en nuestro contexto actual los espacios de críticos tienen poco aceptación, la cultura de lo ligero atraviesa todo. No obstante, permitámonos abordar dos escenarios del mundo de la Biblia que me parece pertinente para nuestra reflexión.

En el antiguo Israel nos encontramos con situaciones vergonzosas de hombres y mujeres que hacen de la vida religiosa un mercado común y vulgar. Solo hay que recordar las andanzas de Jezabel y las compras de los profetas para legitimar su reinado. En este contexto Ahab se había convertido en un monarca tolerante al culto de Baal, el Dios de los cananeos, distanciándose de Yahvé (1 R 16,31 y 2 R 9,22). La persecución de Elías para impedir que este dijera al pueblo la verdad de Dios, sin embargo, Elías ( Que significa: “Yahvé es mi Dios”) siguió en su labor profética asumiendo riesgo altísimo para su propia vida (Centro Bíblico Verbo Divino 2004, 14).

La tarea de Jezabel con la complacencia de Ahab era manipular al pueblo y provocar que ellos se desviaran hacia la idolatría, y mas tarde el Apocalipsis(2, 20) la dibuja como un símbolo de perversión y libertinaje donde no estaba claro el horizonte ético. Tenemos que reconocer que a veces alcanzamos reencantar a las personas con la vida religiosa pero nuestras técnicas y manejos para lograrlo no hacen causa común con la estrategia de Jesús de acercarse a las personas respetando su dignidad como seres humanos.

Lo que no se acepta del monarca era que fuera tan permisivo asimilando los valores y tradiciones del mundo fenicio sin valorar la tradición de sus antepasados. Un elemento que llama la atención de las acciones de Jezabel son todas las estrategias que levanta para detentar el poder sin importar quien caiga. Sin dudas estas estrategias de muerte no eran por el Dios de la vida quien siempre la llamo al arrepentimiento.

Hay que reconocer que Jezabel tuvo “éxito” porque logro la adhesión de algunos profetas y levanto un templo a Baal(1 R 16, 32), quedando evidente que el pueblo no conocía ni vivía la ley de Dios. Una comunidad madura y con fidelidad a la Palabra no se habría deslizado tan fácil.

En el Nuevo Testamento vemos la actividad de Simón el Mago (Hechos 8, 5-24). Allí nos encontramos con uno que le interesa el poder que da el carisma religioso para encantar y embelezar a las masas y poder lograr fama. Simón no tiene ningún prurito a toda costa quiere mostrar las virtudes del Espíritu y ofrece dinero para alcanzarlo rápido.

Su proyecto esta centrado en como mantiene símbolos que le ayuden a mantener y hacer crecer su fama. No sabemos los títulos que exhibió Simón para hacerse pasar por alguien muy importante dentro de la comunidad. Su ansia de poder lo delataba enseguida, pero su astucia era mayor, y podía convencer a mas de uno.

Simón se encontró con una prueba difícil al encontrarse con los seguidores de Jesús; estos rechazaron orar con imposición de manos por él, a tiempo pudieron leer el signo monetario que había en la mente de Simón así como su deseo de tener recursos para legitimarse como seguidor de Jesús con autoridad.


3. Juntando piezas para una fiesta en grande

He tomado la fiesta como metáfora para titular mis encabezados, entre otras cosas porque me encantan las fiestas, pero mas que nada porque en el caribe tenemos la virtud de vivir una fiesta permanente no importa el ritmo que llevemos. Cuando observamos la radiografía antes arriba mencionado nos podemos percatar que las iglesias cristiana están asistiendo a una fiesta donde “los músicos tan cruzao’ ”
[1].

Quiero que abordemos algunas piezas imprescindibles para armar un gran fiestón:

Primero, nuestras iglesias tienen reconocer que estamos viviendo otro momento. No podemos seguir en la nostalgia de cómo era nuestra tradición litúrgica, como elemento visible clave de la identidad denominacional. Tenemos que hacer una revisión honesta y franca de las cuestiones que nos parecen vitales de nuestra liturgia y que debemos preservar y/o adaptar a las nuevas influencias culturales. Este debe ser un punto de partida vital ya que las nuevas tendencias poseen un alto nivel de aceptación de nuestra iglesia joven.

Hay que tener presente que el culto se ha convertido en la iglesia actual como el espacio privilegiado de educación y vivencia de la espiritualidad comunitaria. La iglesia del presente se ha quedado solo con la asistencia al culto dominical; quedándose relegados los encuentros de estudios bíblicos, oración y escuelas dominicales. El liderazgo congregacional solo le queda armar una buena celebración dominical que glorifique al Dios de la vida y que llene las necesidades de las personas que participen. Debe tener por seguro que diversos medios estarán educando y nutriendo la espiritualidad de su congregación durante la semana.

Es lamentable que muchos de los cultos que se celebren en nuestra tierra se mencione mas a Satanás y sus poderes que al Dios solidario y de amor a quien debemos proclamar en cada momento. Lo mismo podríamos decir del lugar precario que ocupa La Palabra en algunas de las tendencias que más influyen en nuestro tiempo.

Segundo, el liderazgo eclesial para modelar a toda la comunidad de fe esta desafiado a ser coherente con su espiritualidad. En ella se debe mostrar un compromiso con la humildad y la sabiduría, debe reflejar una espiritualidad de cercanía con las personas así como lo hizo Jesús. Es poco cristiana esto modelo de espiritualidad forjado por la lógica del mercado neoliberal que se monta en el discurso de la prosperidad para abusar de la feligresía; así como también de procurar el poder y control sobre las personas como si fueren objetos o mercancía.

Una tentación es imitar la capacidad de simulación de Simón. En este momento la figura pastoral se ha convertido en una figura espectáculo y que a todas costas tiene que estar buscando alternativas para facilitar que se le quede la feligresía.

Un desafío del liderazgo actual es dedicar tiempo a la reflexión teológica seria. Con el poco tiempo que se nos brinda para impactar a la gente necesitamos estar claro de lo que decimos, y más, necesitamos con precisión saber lo que creemos para no participar en todos estos discursos que parecen fascinar pero confunden y frustran muchas personas.

En estos momentos es mas que pertinente volver a sentarse en el Seminario si fuese posible, no dejarse seducir de las ofertas baratas de formación teológica que existen a granel. Este tiempo requiere de gente bien preparadas que sepan responder a los cambios vertiginosos que esta dando el mundo y a todas las nuevas tecnologías que se presentan. Esta teología debe estar comprometida con el pueblo no con la ansia de titulaciones espurias que hoy se venden a la ligera. Muchas personas sucumben a esta tentación, con firmeza debemos desafiar al liderazgo a abandonar esas vías que lo único que facilitan son graduarnos de vagos y simplones. Alguien ha dicho que la generación de lideres actual se esta educando con el método microondas, prefieren un pollo sin sabor, poco cocido y seco en 15 minutos antes que tomar el tiempo de adobarlo, sofreírlo y cocerlo todo en 40 minutos.

Tercero, estamos llamados a ser iglesias evangélicas comprometidas. No podemos frente al fenómeno de la globalización y a las apetencias del mercado neoliberal olvidarnos que somos. Debemos recordar que somos pueblo de Dios, y que no podemos ser indiferentes como hizo Ahab. Hay que actuar como el profeta Elías que reconoce y lucha por su identidad, auque personalmente se sintiera débil y con ganas de morir. Tenemos que reconocer que la iglesia es un “poderoso agente de transformación” (Segura 2002, 87). La iglesia debe vivir bajo la gracia del Dios que nos impulsa a ver la realidad y a cambiarla en la línea de su proyecto. Como decía Martín Luther King Jr.: “La iglesia no es un termómetro para medir la temperatura de afuera, la iglesia es termostato para influir y mantener la temperatura del mundo”







Referencias


Bobsin, Oneide. 2000. Tendencias religiosas y transversalidad. En Desafíos a la fe en
Tiempo de globalización. Editado por Manuel Quintero. Quito: Ediciones CLAI.

Bonilla, Yattenciy y Freddy Guerrero. Nuevas formas de poder. Movimientos apostólicos
Y mesianismos “evangélicos”. Quito: Ediciones CLAI.

Centro Bíblico Verbo Divino. 2004. Los profetas: Hombres de Dios y del Pueblo.
Quito: Centro Bíblico Verbo Divino.

García Canclini, Néstor. 1995. Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de
la globalización . México: Grijalbo.

González, Justo L. 2005. Para la salud de las naciones. El Apocalipsis en tiempos de
Conflicto entre culturas. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

González, Mercedes. 2006. El 60% de los dominicanos cree en los baca,
en las barajas y en los muertos. Clave 30 de marzo de 2006, Pagina 18.

Lockward, George. 1982. El protestantismo en dominicana. 2da. Edición.
Santo Domingo: Editora Educativa Dominicana.

Lopez Sierra, Héctor. 2006. Arte social crítico, sentido y preocupación última.
2da. Edición. San Juan, Puerto Rico: Tamarind Hill Press.

Luther King Jr.. Martin. 1974. La fuerza de amar. Barcelona: José Torres Editores.

Segura Carmona, Harold. 2002. Hacia una espiritualidad evangélica comprometida.
Buenos Aires: Kairos Ediciones.

Wipfler, William. 1980. Poder, Influencia e Impotencia.
Santo Domingo: CEPAE.

Zabateiro, Julio Paulo Tavares. 2006. En busca de una eclesiología creativa e integral.
Una iglesia sin propósitos. Los pecados de la iglesia que resistirán al tiempo. Editado por Jorge Enrique Barros. Quito: Ediciones CLAI.


* Decano del Seminario Bautista de República Dominicana (SEBAREDO) y ministro ordenado de las Iglesias Bautistas de República Dominicana(IBAREDO). Es miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y de la Comisión Teológica del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
[1] Esta es una expresión popular para decir los músicos de la orquesta de merengue no están en el tono pertinente.

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